
El legado empresarial que acompaña el Bicentenario de Bolivia

Fuente: Economy
olivia cumplió dos siglos de historia, y su desarrollo económico y social ha estado marcado por empresas que no solo ofrecieron productos y servicios, sino que crearon oportunidades, empleo y confianza en generaciones de bolivianos y bolivianas. Compañías como la Cervecería Boliviana Nacional (CBN), Sociedad Boliviana de Cemento (Soboce), La Boliviana Ciacruz (LBC Seguros), Imcruz – Inchcape Bolivia y Campos de Solana no solo acompañan el crecimiento del país; son parte de su identidad y de la historia de sus ciudadanos.
La mirada de Patricia Hurtado, experta en procesos de transformación en las empresas, confirma que su impacto trasciende lo económico: “Su permanencia a lo largo de generaciones es prueba de una visión de largo plazo. Este legado no solo está en sus productos o servicios, sino en la huella que han dejado en las personas y en la capacidad de inspirar a nuevas generaciones para seguir construyendo un país más fuerte, más unido y con mayor proyección al mundo”.
Lo histórico: raíces y contexto fundacional
La historia empresarial de Bolivia se teje con hilos que cruzan más de un siglo de desafíos, visión y consolidación industrial. En 1886, en medio de un país que buscaba fortalecer sus instituciones y desarrollar su infraestructura, la Cervecería Nacional y la Cervecería Americana de La Paz unieron fuerzas para dar vida a lo que hoy es la Cervecería Boliviana Nacional (CBN). “CBN, además de producir y comercializar sus productos, impulsó la industrialización local, generando empleo y acompañando la vida de los bolivianos en cada momento”, recuerdan sus registros fundacionales. Desde entonces, la compañía mantuvo una visión clara: ser profundamente boliviana, con productos que nacen y crecen aquí, un compromiso que persiste tras 139 años.

Al poco tiempo, la modernización del país demandaba nuevos pilares productivos. La Sociedad Boliviana de Cemento (Soboce) surgió en 1925 para responder a la necesidad de un suministro constante de cemento, material que hasta entonces llegaba desde Inglaterra atravesando océanos y montañas. En sus comienzos, este recurso “era tratado casi como un producto de lujo”, reservado para proyectos específicos, hasta que la planta de Soboce permitió acercarlo a la expansión urbana. Así, el cemento de sus plantas comenzó a construir la mitad de la historia de Bolivia, sosteniendo el crecimiento de ciudades y la consolidación de la industria nacional.
En paralelo, la seguridad y protección de los ciudadanos comenzó a cobrar importancia. La Boliviana Ciacruz Seguros (LBC Seguros) nació en 1946, fruto de la iniciativa de empresarios peruanos y socios bolivianos, con la misión de proteger a las personas y sus bienes. Hoy, acercándose a su octogésimo aniversario, LBC Seguros se consolida como el principal grupo asegurador en seguros masivos, cubriendo a más de 2,5 millones de clientes. “Después de haber desarrollado los primeros microseguros hace 25 años, hemos multiplicado los lanzamientos de seguros inclusivos de bajo costo”, destacan, reflejando su compromiso con los segmentos de población que históricamente tuvieron acceso limitado a la protección financiera.

El mercado automotriz, por su parte, se encontraba en sus inicios en 1984: pocas marcas, servicios limitados y procesos informales dominaban Bolivia. Fue en este escenario que nació Imcruz (hoy Imcruz-Inchcape Bolivia), con la visión de “democratizar la movilidad en Bolivia, acercando vehículos de marcas globales y creando un ecosistema integral de venta y posventa”. Lo que comenzó como un concesionario de Suzuki en Santa Cruz se transformó, cuatro décadas después, en una red nacional respaldada por Inchcape, referente global en distribución automotriz, consolidando estándares de confianza, calidad y servicio que hoy impulsan el desarrollo del país.
Finalmente, a comienzos del siglo XXI, en un país donde la vitivinicultura de alta gama era incipiente, surgió Campos de Solana en Tarija. La familia Granier visualizó el enorme potencial del valle, con suelos privilegiados y clima de altura único, y decidió fundar la bodega con un objetivo claro: “construir un vino de calidad que represente con orgullo a Bolivia y que impulse el desarrollo agrícola de la región”. Su filosofía enológica buscó posicionar el vino boliviano en segmentos competitivos, desde varietales hasta grandes reservas, elevando la presencia nacional e internacional del producto.

Desafíos y consolidación
Los inicios empresariales en Bolivia fueron un terreno de pruebas donde la visión y la resiliencia se convirtieron en aliados indispensables. Cada proyecto debió enfrentar condiciones adversas: mercados en formación, infraestructura limitada, materias primas difíciles de conseguir y la necesidad de ganarse la confianza de los consumidores. Desde la industrialización cervecera hasta la producción de cemento, desde la venta de vehículos hasta la vitivinicultura, la estrategia fue similar: apostar por la calidad, la consistencia y la construcción de relaciones sólidas con proveedores, clientes y comunidades. “Uno de los grandes desafíos fue ganarse la confianza de los consumidores”, recuerdan en CBN, y esa misma búsqueda de legitimidad se refleja en la cimentación de Soboce, donde la disponibilidad de piedra caliza y la complejidad de operar a más de 4.000 metros requirieron innovación, ensayos y paciencia; en Imcruz-Inchcape Bolivia, donde profesionalizar un mercado fragmentado implicó establecer garantías, talleres y estándares de servicio; y en Campos de Solana, que debió demostrar con cada cosecha que Bolivia podía producir vinos de nivel internacional, cambiando percepciones y construyendo confianza a lo largo del tiempo.
Más allá de las dificultades particulares, el hilo común que une a estas empresas es la perseverancia y la visión de largo plazo: invertir en tecnología, formación, infraestructura y procesos confiables permitió consolidarse en sus respectivos sectores, transformar la percepción del consumidor y establecer estándares que hoy son referencia nacional e internacional.

Impacto social y humano
El verdadero legado de las empresas bolivianas no se mide únicamente en cifras o reconocimientos, sino en cómo transforman vidas y comunidades. CBN, Soboce, LBC Seguros, Imcruz-Inchcape Bolivia y Campos de Solana comparten un enfoque que combina desarrollo económico con responsabilidad social, fomentando empleo, bienestar, educación y sostenibilidad. Cada compañía ha construido redes de valor que van más allá de sus operaciones directas: desde proveedores y distribuidores hasta colaboradores y productores locales, todos forman parte de un ecosistema que impulsa la economía regional y fortalece la cohesión social.
Estas empresas también han puesto al ser humano en el centro de su gestión, creando entornos laborales donde la diversidad, el desarrollo profesional y la meritocracia son pilares, al tiempo que generan oportunidades para comunidades vulnerables. Proyectos como Agua Somos o Escuelas Sociodeportivas reflejan un compromiso tangible con la educación, la salud y la inclusión, mientras iniciativas de movilidad sostenible, capacitación agrícola o seguros accesibles muestran cómo la innovación puede coexistir con la responsabilidad social.
Innovación y tecnología
A pesar de operar en sectores distintos, las grandes empresas bolivianas coinciden en que la innovación tecnológica es clave para mantenerse competitivas y conectadas con el país. La CBN acerca sus productos a consumidores urbanos y rurales a través de aplicaciones como BEES y la cadena TaDa, impulsando además el emprendimiento local. SOBOCE integra avances técnicos para garantizar eficiencia y calidad en la construcción, mientras que LBC Seguros digitaliza sus procesos para ofrecer seguros accesibles y personalizados a cientos de miles de personas. En movilidad, Imcruz – Inchcape Bolivia combina conectividad, servicios digitales y sostenibilidad, liderando el mercado de vehículos híbridos y eléctricos. Y Campos de Solana une tradición y tecnología para producir vinos consistentes y de alta calidad, reflejando la identidad del valle de Tarija.
Patricia Hurtado: ”El legado empresarial se construye con visión, propósito y compromiso social, impulsando talento, innovación, desarrollo y bienestar para futuras generaciones.”
Legado y proyección en pleno Bicentenario

Al llegar al Bicentenario, las grandes empresas bolivianas coinciden en un mismo horizonte: proyectar su legado integrando innovación, sostenibilidad y desarrollo social, para que su crecimiento económico vaya de la mano con el progreso del país. Desde la industria cervecera hasta la vitivinícola, del cemento a los seguros y la automoción, todas comparten la visión de fortalecer su presencia nacional, modernizar operaciones, expandir infraestructuras y adoptar tecnologías que permitan ser más sostenibles y eficientes. La transformación digital, la electromovilidad, las energías limpias y la innovación en productos y servicios son motores de un desarrollo que no se limita al negocio: busca también impactar positivamente a comunidades y clientes, ofreciendo soluciones que mejoren la calidad de vida y generen oportunidades para nuevas generaciones.
Estas empresas conciben el futuro como una extensión de su historia, donde la confianza de consumidores, colaboradores y aliados se traduce en orgullo nacional. Proyectos que combinan educación, formación técnica, innovación interna y expansión estratégica reflejan que el crecimiento empresarial no se disocia del bienestar social y la sostenibilidad ambiental. Así, mientras CBN, SOBOCE, LBC Seguros, Imcruz – Inchcape y Campos de Solana consolidan su liderazgo en cada sector, también trazan un camino que proyecta a Bolivia como un país con identidad propia, capaz de competir en calidad, tecnología y responsabilidad social en escenarios internacionales. El Bicentenario, en este sentido, es tanto un momento de celebración como de compromiso: un recordatorio de que el legado empresarial se mide no solo por lo construido, sino por la huella que deja en el presente y el futuro de la sociedad.
Claves para entender el legado empresarial

El legado empresarial boliviano se construye en la intersección entre visión de largo plazo, identidad cultural y compromiso social. Según la experta Patricia Hurtado, “estas empresas han sido parte fundamental de la construcción del desarrollo económico y social de nuestro país. No solo han generado valor para sus accionistas; su impacto se ve en el empleo de calidad, la formación de talento y las oportunidades que han abierto para miles de familias en todo el país”. La resiliencia frente a contextos adversos, la capacidad de adaptación ante cambios económicos, tecnológicos y sociales, y la habilidad de reinventarse sin perder identidad son características que las distinguen y les permiten dejar una huella duradera.
Más allá de la esfera económica, estas compañías se han convertido en espacios donde se tejen historias, se fortalecen tradiciones y se proyecta al país hacia el mundo. Hurtado destaca que “en el imaginario colectivo, representan la idea de que en Bolivia se pueden construir proyectos duraderos, competitivos y con impacto social”, instalando valores como el esfuerzo intergeneracional y la adaptabilidad frente a la adversidad. La empresa, en este sentido, deja de ser solo un lugar de negocios para transformarse en un motor de cohesión social y cultural, generando confianza, pertenencia y orgullo nacional.
En el marco del Bicentenario, este legado adquiere un significado más amplio: cada avance empresarial se traduce en bienestar económico y social, en una herencia que fortalece la capacidad del país para prosperar en cualquier escenario. Para sostener este camino, Hurtado enfatiza que las grandes empresas deben liderar con propósito, invertir en innovación y sostenibilidad, abrir espacios a la inclusión de mujeres en todos los niveles y fortalecer las cadenas productivas locales. “Hoy las grandes compañías deben asumir la responsabilidad de ser laboratorios de futuro. Ya no basta con crecer: deben experimentar, innovar y abrir camino en temas como sostenibilidad, diversidad, digitalización y educación”, asegura.
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https://www.calameo.com/read/006889564d2d6b7f16e42
