
Santa Cruz, la otra Bolivia dentro de Bolivia

Fuente: Economy
Por: Fernando Romero Torrejón

Este 24 de septiembre, el departamento de Santa Cruz ha cumplido su 214 aniversario, en medio de una coyuntura económica y política compleja y complicada a nivel nacional. Sin embargo, esto no ha evitado que se realice su gran feria internacional, la más importante de Bolivia, y prosigan los festejos cívicos en honor a esta tierra. Sin dudas, hay mucho que festejar, ya que Santa Cruz es la principal economía del país, que se desarrolló desde la década de los 90, de manera paulatina, bajo un modelo económico, basado en la libertad de mercado, capitalismo, emprendedurismo y la fortaleza de su sector privado empresarial, claves de su éxito y crecimiento actual.
Desde 1989 al 2023, el crecimiento económico promedio anual de Santa Cruz fue de 4,63%, donde en solo 12 gestiones su desempeño fue menor al del toda Bolivia. El año 1998 tuvo su crecimiento económico más alto de su historia moderna, con 13,78%, en cambio, el más bajo fue al año siguiente, con un -4,26%. El año 2023 la economía de Santa Cruz creció en 3,71%, en cambio el país de un 3,08%, sin embargo, ambos reflejaron una ralentización respecto al 2022.
Tomando en cuenta el mismo periodo, el PIB nominal de Santa Cruz represento en promedio el 29% del PIB de todo el país, de hecho, en estos últimos diez años suma un total de $us. 115.370.138 millones. El año 2023 represento el 31%, teniendo un valor de $us. 14.314.290 millones, lo cual lo sigue posesionando como la 1era economía de Bolivia. Su aporte al PIB de Bolivia, durante el 2014-2023, en promedio represento el 29,7%. Por todo lo anterior, desde el año 1997, Santa Cruz es la economía departamental más importante a nivel nacional.
Mas allá de otros datos positivos como su PIB per cápita, superior a los $us. 4.000, su nivel de desempleo de un 3,2% al 2do trimestre 2024, una inflación anual el 2023 de solo un 1,95%, exportaciones por $us. 3.419 millones el año pasado, donde sobresale los derivados de la soya, gas natural, semillas y habas de soya. Se evidencia también un dinamismo empresarial con más de 14 mil nuevas empresas desde el 2021, crecimiento crediticio en 154.000 créditos productivos en lo que va del año, la innovación y desarrollo de su sector estrella, el agroindustrial. Además, un progreso a la par del sector inmobiliario y de construcción, de servicios, turismo, comercio, y otros, donde claramente da lugar un crecimiento homogéneo y sostenible de su economía y sus diferentes sectores productivos.
Sin duda, Santa Cruz, tiene aún muchas potencialidades por explotar y oportunidades por aprovechar, pero también se le cierne muchos desafíos y amenazas sobre este departamento, su modelo de desarrollo y su crecimiento económico prospero. En un país donde el sector público no ve como un aliado al sector privado, con una gran presión fiscal, una normativa anticuada y limitante para la eficiencia de la libertad económica, donde no hay plena seguridad económica y jurídica, lo cual ahuyenta las inversiones y capitales externos, donde además hay un vigente crisis económica, institucional y poca gobernabilidad que da lugar a mayores conflictos políticos y sociales, plantea un escenario muy desafiante para esta región, sobre todo para sus empresarios, artífices de esta Santa Cruz.
Lo que se construyó en décadas, no se desmoronará jamás fácilmente. Santa Cruz ha demostrado que tener un Bolivia diferente, es posible. Es cuestión de esfuerzo, perseverancia, de voluntad política y de tener un visión clara, objetiva y sostenible de desarrollo integral a largo plazo.
