Thunderbolts: la profética intuición de Marvel de que luchamos contra el Vacío
Fuente: Religión en Libertad
Con Thunderbolts*, el universo de cine de Marvel (MCU en inglés) ha logrado un cierto alivio tras mucho tiempo de bajón. La película costó 180 millones de dólares, y en dos semanas en cartel ha recaudado ya 325, 4 de ellos en España. Las críticas son bastante positivas y los espectadores salen bastante satisfechos del cine, excepto quizá los adolescentes más jóvenes, que empatizan menos con sus temas.
Está considerada para mayores de 12 años por su violencia de fantasía y escenas de miedo, y también porque menciona problemas de drogas, pero no tiene escenas de sexo, no hay ideología de género, ni propaganda LGTB y es una buen ocio en familia desde esas edades.
Empieza como una película de superespías traumatizados que buscan su lugar, o una nueva oportunidad, en una organización siniestra de ética dudosa, dirigida por Valentina de Fontaine (Julia Louis-Dreyfus). Pero luego se encuentran con un personaje ultrapoderoso, El Vigía, y con su némesis oscuro, El Vacío.
Es un asunto demasiado grande para ellos, toda la ciudad se ve golpeada y a nivel visual vale la pena verlo en el cine, con edificios que explotan. Como ya no existen Los Vengadores (ellos sí eran poderosos de verdad), este improvisado grupo hará lo que pueda y lo hará bien.
Quien lleve tres o cuatro años desconectado de las películas de Marvel reconocerá pocos personajes, y la película no los presenta con detalle, sólo con un par de frases.
Traumatizados por los soviéticos, el crimen, la infancia…
La protagonista principal y conductora de la historia es Yelena Belova (Florence Pugh), la segunda Viuda Negra. Está deprimida y alcoholizada porque su hermana murió y nadie la acompaña en el duelo. Además, como todas las agentes viudas negras, en su infancia fue forzada a traiciones y crueldades por su entrenamiento extremo soviético en la Sala Roja.
También está su padre, El Guardián Rojo, antiguo espía ruso pseudojubilado, que querría volver a la acción y ser apreciado. Quiere ayudar a su hija, pero no es muy bueno haciendo de padre ni expresando sentimientos.
Tenemos a John Walker, un Capitán América fracasado, depresivo e iracundo: su esposa e hijo le han dejado.
Luego está Ava Starr, Fantasma, que ya fue derrotada por Ant-Man y arrastra los traumas de haberse criado en un laboratorio entre experimentos. Y Bucky Barnes, Soldado de Invierno, con un brazo robótico, que fue congelado y manipulado mentalmente por una organización soviética durante años. Ahora intenta ejercer de Senador.
Nadie esperaba que todos estos inadaptados y heridos se unieran para trabajar juntos. Pero lo harán. Más o menos.

Yelena, la nueva Viuda Negra en Thunderbolts, con Bob, un tipo misterioso, majo, pero no muy listo y con problemas de salud mentalmarvel
Bob tiene sus días altos y sus días bajos
Encuentran a un tipo despistado y misterioso llamado Bob, que salta a la vista que no se dedica al negocio del espionaje. Yelena decide tratarle con amabilidad. Bob ha tenido problemas con las drogas, tiene “días altos y días bajos”. Incluso en su mejor momento no es muy brillante. A veces quiere hundirse.
Yelena da a Bob un primer consejo: que ignore su dolor y simplemente siga avanzando. Es lo que hace ella… en solitario, sin éxito y con alcohol.
Más adelante las cosas cambiarán. El Guardián Rojo podrá consolar a su hija, y ella se dejará consolar. Y así, dejándose ayudar, podrá abrirse a ayudar a otros y dará un mejor consejo y ejemplo. El mal se vence en comunidad, venciendo la soledad, el aislamiento y rompiendo las mentiras de la desesperación.
La lucha contra el Vacío
Se trata de adultos que han fracasado en la vida, o están bastante perdidos, intentando reconstruirla y crecer algo en ética. Los espectadores adultos simpatizaremos con ellos y sus esfuerzos, pero los adolescentes más jóvenes no entenderán sus problemas. Los adolescentes quieren que la película explique sus poderes, sus colores… y la película no se detiene en eso.
Nuestros héroes (por llamarlos de alguna manera) se encontrarán con el Vigía y el Vacío. Son personajes que los lectores de los cómics conocieron en el año 2000, obra del guionista inglés Paul Jenkins, quien reconoce que de niño era pobre y casi no tenía cómics y de mayor también lee pocos. O sea, no es el típico guionista de cómics y busca temas más amplios, a veces más oscuros.
Muchos lectores más conocieron al Vigía y el Vacío en 2006 y 2007, cuando se fueron implicando en la Guerra Civil entre superhéroes (los que aceptaban apuntarse en un “registro” del Gobierno frente a los que no).
En una entrevista en ComicFrontier.com, Paul Jenkins explica que diseñó estos personajes pensando desde el principio en alguien que no es mal tipo, pero tiene adicción a las drogas y problemas de salud mental. Incluyendo “la parte de él que no puede aceptar”. Incluso concreta: “le di un diagnóstico específico. Era un esquizofrénico desorganizado con agorafobia y cierto tipo de trastorno de personalidad. Y se lo envié a Marvel y dije: «Así es como debe escribirse ese personaje para siempre». Y todos lo ignoraron”.
Pero el personaje cumple 25 años y Jenkins asegura que muchas personas “se me han acercado a lo largo de mi carrera y me han dicho: ‘Gracias, gracias, gracias por crear al Vigía, porque siento que me representa'”.

Una manifestación de El Vacío en Thunderbolts; no habla sólo de la depresión individual, sino también de un mal social, civilizatoriomarvel
El Vacío devora nuestra civilización
Pero, más allá de la lucha interna de cada uno, hay también una lucha social, incluso civilizatoria. La película lo recoge con esa oscuridad que cubre la ciudad, símbolo de la civilización, y convierte a las personas en sombras, restos vacíos. Es la imagen de un vacío social, cultural, que nos destruye, haciendo de cada uno de nosotros el prisionero solipsista de una habitación de traumas.
En 1983, incluso antes de la Caída del Muro de Berlín y el desprestigio final del comunismo, el ensayista Gilles Lipovetsky publicó La Era del Vacío, ensayos sobre el individualismo. Él, como esta película, ligaba vacío con individualismo y sociedad.
Hoy ese individualismo es mayor y más narcisista que nunca. Sin hermanos ni padres en casa, sin comunidad, y luego sin ideales, los jóvenes se sienten especialmente vulnerables y propensos a la depresión. Se meten en “falsos paraísos” de pantallas, drogas o relaciones tóxicas que les dañan. Desanimados, muchos ni siquiera tienen el entusiasmo juvenil que en otras épocas les habría llevado a ideologías exigentes.
Luego está el Vacío existencial que algunos que se creen “filósofos fuertes” intentan mirar a la cara. En ReL hemos contado varios casos, como el del filósofo y politólogo Jason Blakely.
A base de leer “a Camus, Kafka, Sartre, Kierkegaard, y sobre todo a Nietzsche y Heidegger”, sintió que “el vacío por primera vez se hizo palpable, incluso terriblemente real. Era más real que cualquier otra cosa. Era tan vasto, tan abrumador, que quizá anunciaba, sin yo saberlo, un misterio que ninguna mente puede comprender. Si un ateo puede sentir el temor de Dios sin saberlo… creo que esa era mi experiencia”, detalla. Él, ateo, miraba con “coraje” ese “sol terrorífico”. “¡Todo puede ser testimonio del vacío y rendirle homenaje!”, dice de esa época. Hasta que Jason colapsó. Y, como sucede con los personajes de Thunderbolts, descubrió que sólo el amor protege y da vida.
En ReL también ha hablado del vacío peligroso que queda en la sociedad cuando se retira el cristianismo el historiador Florentino Portero.
También la premiada con el Princesa de Asturias Ana Blandiana planteó al recoger su premio:”Lo que ayer nos salvó del miedo, del odio y de la locura, ¿no puede salvarnos hoy de la soledad, de la indiferencia, del vacío de fe, del exceso de materialismo y consumismo y de la falta de espiritualidad?”
Incluso Elon Musk, sin ser el profeta más sagaz de nuestros tiempos, publicó un poema sobre el vacío del ateísmo: “El ateísmo dejó un vacío, / la religión secular tomó su lugar / pero dejó a la gente desesperar”. Hasta él liga ese vacío con desesperación, y no con espacios de libertad.
Todo esto resuena cuando vemos al Vacío actuar en Thunderbolts. La solución, al menos en un primer paso, la dan los héroes: has de abrir tu casa a los heridos, acogerlos y vivir en comunidad. Un poco como en Hogares Lázaro.
Claro que en la Torre de los Vengadores hay mucho espacio.








