Madres molestas por adoctrinamiento del gobierno boliviano
Jefas del hogar en Santa Cruz de la Sierra expresaron su molestia por el reciente caso de toma ilegal de huellas dactilares de sus hijos, realizada por funcionarios del gobierno el miércoles, 12 de abril (Día del Niño), para entregarles textos escolares. Los acontecimientos tuvieron lugar en el colegio Fe y Alegría ‘Mariscal Sucre’, después de que supuestos trabajadores del Ministerio de Salud tomaran firmas y huellas a niños y adolescentes para entregarles cartillas de adoctrinamiento ideológico izquierdista.
La Voz Universal TV consiguió entrevistar a Pamela Arias (quien pidió ocultar su nombre por su seguridad), madre de familia indignada por los hechos recientes. La entrevistada aseguró que su nieta (que cursa la primaria) y su hijo (secundaria) fue víctima de esta toma ilegal de datos por parte de funcionarios del gobierno de Luis Arce Catacora y del Movimiento Al Socialismo (MAS).
Arias afirmó que los padres se enteraron de los hechos gracias a que un papá de los niños del curso de su nieta alertó acerca de eso diciendo: “No sé si ustedes saben que habían estado pidiéndole las huellitas a los niños”. Cuando ella se enteró, realizó videollamada a su nieta, diciéndole: “¿De repente en tu colegio han ido unos doctores o algunos payasitos o alguien que te haya dicho que pongás tu huellita?”. Su nieta le respondió que funcionarios con chaleco azul que decían ser odontólogos asistieron al colegio, pero la señora desconfió, porque sabe que los estudiantes de Odontología suelen vestirse de blanco.
Además, la nieta le explicaba: “Pusimos la huellita porque los doctores nos dijeron que nuestros dientes no se van a caer y que nos van a dar nuestro Kolynos y nuestro cepillo, y que éramos pequeños y que no podíamos firmar, pero nuestra huellita sí”. Ante esa respuesta, su abuela la increpó: “Mi amor, te engañaron, te mintieron, ¿has visto cómo los profesores están haciendo huelga, y los policías cómo los están gasificando porque no queremos esa malla curricular que dicen esos textos que es lo que te van a enseñar ahí?”.
La niña estuvo de acuerdo con su abuela diciendo: “Yo más o menos pensé lo mismo, porque no nos pueden hacer poner el dedito, y como no eran odontólogos, yo solamente [lo hice] porque la directora dijo “hagan, hagan y hagan”, y a toditas nos hicieron [registrar huella dactilar]”. La menor tiene 8 años de edad y cursa el 4º de primaria. La madre aclara que los funcionarios del gobierno tomaron huella a los menores desde el Kínder hasta 6º de primaria, mientras que a los adolescentes de secundaria les hicieron colocar su firma en las listas.
Adicionalmente, Arias revela que la dueña de la pensión que vende comida frente al colegio, Doña Roxana, también se quejó del hecho, pues tiene a sus hijos en 3º A y 3º B. Por este motivo, Roxana preguntó a la señora: “¿De repente a su hijo no le hicieron poner la huellita?”.
Arias se decepcionó de la directora del colegio: “Y lo que más rabia me da es que por qué admite la directora, ella ha aceptado, ¿por qué ella no avisó a los papás? Nosotros estamos en grupo grande de padres de familia”. Ni siquiera los representantes de los padres de los niños y adolescentes que estudian en el colegio, las delegadas, les dijeron algo. El papá de una compañera de su hijo fue el que avisó del hecho un par de noches después.
La activista provida Diana Jiménez es quien más apoya a los padres de familia, que se sienten abandonados. Son 6 papás los que tienen la voz más fuerte en ese grupo.
Arias lamenta que el colegio ‘Mariscal Sucre’ deje ingresar a sus instalaciones al personal del Ministerio de Educación pero no a los padres de familia: solo si la directora los llama, ellos pueden ingresar. “Y el colegio es Fe y Alegría, o sea, significa que es católico, que no tiene que estar vinculado con este adoctrinamiento”, acota la señora.
Por otro lado, la madre de familia lamenta que los funcionarios del gobierno hayan sacado fotos a los estudiantes del colegio posando con las cartillas, felices, como simulando que aceptan el adoctrinamiento masista. “Y de ahí a todingos les sacaron las fotos, y esas fotos nosotros no sabemos dónde están esas fotos, no sabemos qué hicieron con esos videos”, explicó.
El hijo de Arias le comentó: “Y después de que firmamos, nos fuimos al acto [de agasajo] de los niños, porque ya nosotros [los adolescentes] somos grandes, y fuimos a darles su refrigerio”. Ella no pudo ir muy seguido al colegio las anteriores semanas porque estuvo internada debido a una cirugía.
Arias advirtió a su hijo para una próxima oportunidad en la que algún funcionario del gobierno quiera engañarlo: “Vos, papi, no vas a firmar, por más que estés en la prepromo [penúltimo año de secundaria]; no tenés derecho porque sos menor de edad. Además, le aclaró: “Cualquier cosa, soy tu madre, tenés tu padre, tenés tu hermano, que ellos son mayores y van a ser tus representantes”.
Ante el aviso, el hijo le respondió: “Pero si la directora obligó, mamá, ¿usted no entiende?”. Arias narra: “Y yo tengo, pues, aquí todo lo que dicen las mamás, de lo que también se han quejado, que unos están en España y que también su hijito [de los padres que residen allá] les había dicho por videollamada que le pusieron su huellita y todo”. La señora comenta que la madre que reside en España exclamó indignada: “¡¿Y, pues, cómo van a ser abusivos con mi niño?! Yo acá trabajando, mandándole todo para que él sea educado bien”.
El contenido de las cartillas gratuitas que entregó el gobierno es genérico: complementa a todas las asignaturas que se enseñan en la educación escolar, cuyos libros de texto aparte tienen que comprar los padres de familia por su cuenta. Estos libros, a diferencia de las cartillas del gobierno, no contienen un evidente adoctrinamiento ideológico. Arias considera que las escuelas bolivianas no deberían utilizar ese material que les da el gobierno y enfocarse solo en los libros que ya consiguen los padres y que piden los profesores por su cuenta.
El gobierno entrega las cartillas con la intención de que sus contenidos se avancen en dos años. Arias sostiene que los padres no le tomaron atención a la anterior cartilla (entregada en 2021) porque nunca escucharon algo malo sobre ella. “Yo nunca la leí, soy sincera, porque nunca escuché un blablablá o algo malo o que el gobierno quiere… no la sabía”, admite la señora. Además, detalla: “Pero en sí, si nos ponemos a pensar y leer un poquito los anteriores [contenidos] y desde qué año ya nos vienen dando estas cartillas, entonces, me imagino que de ahí nos vamos a dar [cuenta], de repente ya los tienen adoctrinados a nuestros hijos y no nos damos cuenta”.
La anterior ocasión en 2021, fueron los padres de familia y no los hijos quienes firmaron listas de recepción de las cartillas del gobierno, “y yo me acuerdo que como opa lo firmé”, admite Arias. “En cambio, este año empezamos a pensar diferente, pero ha sido porque nos están abriendo los ojos”, complementa, respecto a las alertas generadas en torno a la ideología de género con los conflictos por la nueva malla curricular en el país.
La abuela y madre de familia afirma que intentó contactarse con diversos personajes importantes para denunciar estos hechos, pero la derivaron de una a otra instancia. Primero habló con Rómulo Calvo (expresidente del Comité Pro Santa Cruz) y no obtuvo resultados. Luego habló con el ‘Negro’ Vargas (vicerrector de la universidad pública cruceña), quien le pasó el contacto de Diana Jiménez, quien incluyó a Arias a su grupo y la contactó con otra señora Cinthia que vive en la ciudad de Sucre.
La abuela y madre de familia afirma que intentó contactarse con diversos personajes importantes para denunciar estos hechos, pero la derivaron de una a otra instancia. Primero habló con Rómulo Calvo (expresidente del Comité Pro Santa Cruz) y no obtuvo resultados. Luego habló con el ‘Negro’ Vargas (vicerrector de la universidad pública cruceña), quien le pasó el contacto de Diana Jiménez, quien incluyó a Arias a su grupo y la contactó con otra señora Cinthia que vive en la ciudad de Sucre. “¿Para qué nos hacen gastar tanta plata si ya el gobierno tiene un texto especial para que nuestros alumnos trabajen?”, es el último lamento de la señora.
Un testimonio adicional
La Voz Universal TV también consiguió entrevistar a Martha Pérez, otra madre de familia del mismo colegio, que por su seguridad también pidió ocultar su identidad. En el momento de la entrevista, ella aseguró que los padres de familia se congregaban de a poco en las afueras de la unidad educativa, para solicitar las hojas firmadas por sus hijos y tener pruebas que les ayuden a sentar una denuncia legal por la violación de la privacidad de sus niños.
Pérez tiene una hija que estudia en secundaria y confirmó que los funcionarios del Ministerio de Educación pidieron a los jóvenes que firmen y les tomaron fotos la anterior semana. En consecuencia, algunos padres se molestaron y reportaron el hecho a las delegadas de curso, quienes acudieron a la directora y les pidieron devolver las hojas firmadas que permanecían en su despacho. De acuerdo con la mamá entrevistada, fue ahí en la oficina de la directora que el funcionario rompió las hojas.
Posteriormente y luego de acaloradas discusiones, los padres de familia lograron un acuerdo con las delegadas, quienes enviaron una carta a la directora indicando que los padres no querían que sus hijos reciban esos textos debido a que no estaban de acuerdo con la nueva malla curricular. Pérez acotó que, ese mismo día por la mañana, dos personas de chaleco azul ingresaron a las aulas de primaria y dijeron a los niños que les enseñarían cómo lavarse los dientes.
En consecuencia, los niños se alborotaron y los funcionarios de chaleco les dijeron que iban a recibir algún juguete, pero que tenían que colocar su huella dactilar en las listas que confirmaban la recepción de material escolar complementario. Un padre de familia alertó a los otros padres sobre el asunto. Tres días después del incidente, la directora de primaria envió las listas a la Dirección Distrital de Educación (del Distrito 3 de la ciudad de Santa Cruz), ubicada entre la Av. Mutualista y el 3º Anillo.
Pérez consultó a una profesora del colegio: “¿Por qué la directora está haciendo esto, si se supone que se está luchando contra esa currículo?”. La maestra respondió: “Como nunca, la [Dirección] distrital está ejecutando hoy día hasta las 5 de la tarde [la orden de] presentar esas planillas con los nombres y las firmas, y fotos más”.
Pérez considera que los funcionarios del gobierno no tomaron foto a los niños de primaria, sino que solo les pidieron las huellas dactilares. El día del incidente, cuenta la mamá, llegó la prensa, y en el lugar sentaron presencia periodistas de varios canales televisivos, además de padres con sus carteles.
Adicionalmente, la madre de familia relató los hechos en torno a la directora que podrían revelar la complicidad de esta con el régimen masista:
“La directora dijo que ella no tenía conocimiento de nada. La achacó a la portera, que fue la portera que abrió. La portera no abre a nadie sin autorización de la directora. Fueron los papás, se acercaron a reclamarle a la portera, y la portera les dijo que esos señores le dijeron que venían a una reunión con la directora. Pero ¿cómo van a venir a la reunión con la directora si supuestamente la directora no se encontraba en el establecimiento en ese momento? Supuestamente… No sabemos si es la verdad lo que dicen, porque se echan la bola así, digamos, entre la portera [y la directora]”.
Asimismo, Pérez indicó que varios padres de familia con la junta escolar ingresaron a la oficina de la directora para pedirle las hojas donde sus niños registraron sus huellas. En ese momento, la directora aseguró que ya no las tenía, puesto que las entregó a la Dirección distrital de educación. Por este motivo, algunos padres acudieron a la Dirección distrital ayer lunes por la mañana.
Algunos padres de menores de Kínder encontraron que los funcionarios del gobierno colocaron edades falsas a sus hijos puesto que, en las listas, estos aparecían con 14 y 15 años a pesar de ser niños de Kínder. La sobrina de Martha Pérez cuenta con dos hijos que estudian en ese Kínder. Otra madre de familia le comentó a Pérez que la directora del colegio tenía que entregar las listas obligatoriamente hasta el 15 de abril, y que a eso se debió la desesperación de esta.
Las listas en las que los niños colocaron su huella llevaban el sello del Ministerio de Educación, a pesar de que los funcionarios del gobierno se presentaban como parte del Ministerio de Salud. Debido a esto es que los padres de familia resultaron molestos por la complicidad de la directora con los funcionarios.
Asimismo, la directora de secundaria trató de calmar a los padres de chicos de secundaria y les envió un audio por WhatsApp, en el que decía: “No se preocupen, yo no voy a hacer nada malo con sus hijos, si no los llamé a ustedes es para que no estén afanándose en venir”. Sin embargo, Pérez objetó que todos los años, los padres se encargaban de recoger esos libros de texto, pidiéndolos al portero o a la secretaria por una ventana, para luego firmar y retirarse del lugar.
Concretamente, Pérez lamentó: “Como ahora nosotros nos negamos a recibir esos textos por la currícula que tienen, quisieron, como se dice, metérnoslos a través de nuestros hijos, que ellos no saben el verdadero contenido”. Según relata, su hija le preguntó anoche qué era el comunismo, por lo que ella le explicó con ejemplos concretos de gobiernos fallidos como el del MAS.
Ante tal respuesta, su hija comentó: “La profesora dice que [el comunismo] no es eso”. Luego, Pérez le insistió: “¿Entonces qué te dice que es?”, a lo cual la menor respondió que el comunismo “son los que velan por la economía del país”.
En este marco, Pérez admitió que le provoca enojo que los padres crezcan con una cultura y que en el colegio les enseñen algo contrario. Sin embargo, con esperanzas, la madre detalló que los padres de familia de primaria tomaron una actitud más desafiante que los de secundaria y que están haciendo respetar los derechos de sus hijos.
Con respecto a la actitud de los funcionarios del gobierno y de la directora, Pérez sostuvo: “Es un abuso lo que han cometido, en realidad es un delito lo que han hecho”. Asimismo, acotó que consultó a su hija por qué no llevó a casa las cartillas o libros de texto que le entregaron, y ella le respondió: “Los dan ahí ese rato y después otra vez los piden, y se quedan en el colegio”.
Según explica Pérez, la directora respondió así a la consulta de por qué el material no se queda con los muchachos: “Si los hemos hecho firmar a sus hijos no es para nada malo, sino que esas cartillas tienen que durarles 2 años y es para que se comprometan a cuidarlas”.
Consultada respecto a experiencias de años anteriores con las cartillas educativas del gobierno, Pérez afirmó:
“Algunos [padres] ni iban a recogerla durante 3 meses; otros nunca lo recogían, algunos padres que se despreocupan de sus hijos ni iban. Y [los funcionarios del colegio] no amenazaban con nada, como ahora. Ahora ya amenazan, [dicen] que es [por] nota y que con eso vamos a avanzar, y el que no tenga, va a perder la nota”.
Refiriéndose al relato del gobierno de que en 2019 hubo golpe de Estado contra Evo Morales por parte de la derecha, explicó:
“Este fue un colegio de fe, Fe y Alegría, y por lo tanto, debemos profesar la verdad. Y si en ese texto habla de golpe, entonces eso no es la verdad; yo no estoy de acuerdo. Particularmente, yo no lo voy a recibir el texto”.
En otro ámbito, Pérez señaló que le insistió con lo siguiente a su hija, respecto a la respuesta de la profesora Flor sobre el comunismo:
“Nuestra economía está podrida. Si dicen que es Evo, Arce [quienes velan por la economía del país], todingos estos años, más de 15 años están en el poder, ¿acaso ves que tenemos mejores cosas que antes? ¿Acaso ves que hay plata pa’ ir al mercado? Es mentira, es para ellos, la plata se la enriquecen ellos; no, es mentira que se preocupan del país, es mentira, te están enseñando mal”.
Particularmente, Pérez lamentó sobre los niños: “¿Y qué tienen que escribir en el examen? Eso que les dijo ahí, la profesora, del texto”. No obstante, aclaró que las cartillas de la anterior gestión no llevaban ese contenido ideológico:
“Tenían puro aguayo, puro muñeco del altiplano, porque yo estudio con mi hija, soy papá y mamá de ella. Hablaban de los ‘oligarcas’, porque esas palabras nomás usan. Los oligarcas, hasta eso había, el año pasado, ya, se lo pasaba. ¿Qué es oligarca? Oligarca le dicen a los que tienen plata”.
El gobierno, hasta el momento, no ha aclarado las circunstancias. No se sabe qué pasó con las fotos que los funcionarios del Ministerio de Educación tomaron disfrazados de Ministerio de Salud. Tampoco se sabe qué pasó con las firmas y huellas de los niños y adolescentes.