Antonio Vicente Seoane: el diputado cruceño a la Asamblea de 1825
Un día como hoy, 6 de febrero de 1782, nació Antonio Vicente Seoane, diputado cruceño a la Asamblea de 1825 que determinó la emancipación de Bolivia. Por este motivo, a continuación, reproducimos un artículo que rememora su vida y obra. Las negritas son nuestras.
Fuente: Hernando Sanabria Fernández, Cruceños notables. Librería Editorial “Juventud”. La Paz, 1991. Pp 171-172.
Hijo del coronel español, Antonio Seoane de los Santos, gobernador de Santa Cruz hasta 1810, habido con su esposa doña María Petrona Robledo, el que había de ser paladín de la Patria, Antonio Vicente nació en Santa Cruz el 6 de febrero de 1782. Su padre el gobernador español mandóle a estudiar en la Universidad de San Francisco Javier de Chuquisaca, en cuya facultad de derecho graduóse como abogado en 1808, con poca diferencia de tiempo de la graduación de su hermano José Manuel en teología y cánones.
Al retornar el novel abogado al pueblo de su nacimiento, trajo consigo, las ideas políticas que había adquirido en los claustros de la universidad charquense. Asegura la tradición, aunque no hay prueba documental de ello, que, apenas llegado, se dedicó a difundir aquéllas ideas entre el pueblo, pese a las reconvenciones de su progenitor, realista acérrimo y hombre de ideas conservadoras.
Muerto el gobernador don Antonio en abril de 1810, ocupó interinamente su lugar el abogado Pedro José Toledo Pimentel. Fue, al parecer, durante este interinato que Seoane pasó de la pura prédica a la acción efectiva, acomodando ésta a lo que sucedía en las ciudades de Charcas, por esos días llamadas del Alto Perú. Cuando hubo llegado el día adecuado se produjo la rebelión criolla antipeninsular, y fue el 24 de septiembre de 1810. Al atardecer del mismo día se formaba una junta revolucionaria de gobierno que estuvo compuesta por él, Seoane, el presbítero Salvatierra y el coronel Suárez, que fue elegido presidente.
Antes de pasado un año, el partido de los realistas logró imponerse de nuevo, y los de la junta revolucionaria tuvieron que dispersarse. Seoane desaparece del escenario de la vida cruceña y no vuelve a aparecer sino hasta los comienzos de Ia década del 20.
Entre los últimos meses de 1824 y los primeros de 1825 tuvo una actuación decisiva en favor de la Patria, bien que en forma clandestina como tenía que ser, atenta la situación política de esos días. Viene en eso el precipitarse de los hechos favorables: el ingreso al país del ejército libertador, el decreto del Mariscal Sucre que determinaba la reunión de un congreso deliberante, las sublevaciones de los pueblos del Occidente y del Oriente por la independencia del país.
Entre fines de marzo y principio de abril de aquel año 25, efectuáronse los comicios populares de doble grado, según lo mandado en el decreto del Mariscal Sucre. En el de 2do. grado Seoane resultó elegido diputado por la ciudad de Santa Cruz y su jurisdicción rural, al mismo tiempo que su amigo y camarada Vicente Caballero era electo por la ciudad de Vallegrande y sus parroquias.
Concurrieron los dos a la memorable Asamblea, y en acto solemne de la misma emitieron su voto por la formación de una república libre y soberana, sobre la base de las antiguas intendencias del régimen colonial español. El pueblo les había impuesto que así lo hicieran, en cabildo abierto realizado el 9 de abril, cuyo indeclinable mandato se hizo constar en el pliego de instrucciones impartidas por el cabildo cruceño en esa misma fecha.
Concluidos los actos formales de la creación del estado boliviano, la Asamblea suspendió sus sesiones. Pero quedó en su lugar, designado por ella, el cuerpo denominado “Diputación Permanente“. Seoane fue uno de sus componentes hasta abril de 1826. Cumplida su misión volvió a Santa Cruz seguidamente.
No fue ingrata la Patria con el gestor de la independencia en tierras del Oriente y diputado de ellas a la Asamblea Deliberante. Concluidas las labores de éste como legislador, el gobierno le nombró Juez de Letras en Vallegrande y poco después prefecto del departamento. En 1834 era nombrado Vocal de la Corte Superior de Chuquisaca. Dos veces más fue designado prefecto, la última en 1849.
El pueblo le eligió munícipe en varios períodos y sus colegas de municipio le hicieron presidente por tres veces.
Falleció en Santa Cruz el 13 de mayo de 1858.