Investigación muestra que gigantes rocas de Tiwanaku y Pumapunku fueron hechas con moldes
Fuente: Gaceta del Sur
En un emocionante avance científico, un equipo internacional de investigadores del Institut Geopolymere y la Universidad Católica San Pablo ha confirmado que los monumentos de hace 1400 años fueron creados por la genialidad humana, descartando las teorías de intervención extraterrestre o la labor de gigantes. Estas gigantes rocas megalíticas, que han desconcertado a expertos durante décadas, fueron moldeadas y construidas con un cemento especial que se endureció como roca, revelando la asombrosa habilidad de nuestros ancestros.
El estudio, cuyos resultados han sido publicados inicialmente en el año 2019, marca un hito significativo al analizar estas rocas por primera vez y desvelar su naturaleza artificial. Los científicos emplearon geopolímeros en sus investigaciones, revelando cómo los constructores de estos monumentos aprovecharon los recursos naturales de su entorno para crear estas maravillas.
El descubrimiento desafía las teorías previas y confirma las leyendas locales que hablaban del uso de extractos de plantas para ablandar la roca, una explicación que anteriormente había sido descartada por los arqueólogos. El legado de los tiwanacotas, los antiguos habitantes de la región, se erige como una prueba de su inteligencia y conocimiento del entorno.
Los investigadores sostienen: «Para nosotros, del mundo geopolímero, es evidente que resulta de la técnica geopolímerica de moldeo de arena húmeda. Aquí tenemos todas las características de un artefacto que se obtuvo machacando arena húmeda en un molde. Así se obtiene una superficie muy, muy precisa, muy limpia, muy plana y en la superficie, se ven burbujas pequeñas, burbujas de aire semi esféricas que se sitúan contra el molde».
En una primera conclusión general del estudio señala: «El estudio SEM de una muestra tomada del monumento de andesita gris Pumapunku muestra la presencia de materia orgánica (podría ser el aglutinante). Tenemos carbono, nitrógeno y los mismos. Esta característica es muy inusual en una roca volcánica. Es un «unicum» y es compatible con la idea de andesita artificial con concreto geopolímerico. Para hacer que el concreto geopolímerico de andesita, los constructores pueden haber transportado toba volcánica no consolidada (del tamaño de la arena) desde el Cerro Khapia. Utilizaron una tecnología de geopolímerica en medio ácido que implica ácidos carboxílicos fabricados a partir de la biomasa local, que reaccionaron con un endurecedor a base de guano transportado por caravanas de llamas desde el área costera de Ilo a Tiwanaku. Los elementos arquitectónicos andesíticos de motivos finamente esculpidos están hechos de un geopolímero antiguo moldeado hace 1300 años».
Como conclusión los investigadores afirman: «En resumen, tenemos rocas artificiales: megalitos de arenisca roja, un geopolímero alcalino, viejo de 1400 años, y estructuras de andesita gris, geopolímero ácido, de 1300 años de edad. Apoyándose en las antiguas leyendas con extracto de plantas capaces de ablandar las piedras».
Este descubrimiento no solo ofrece nuevas perspectivas sobre la historia antigua, sino que también nos invita a reflexionar sobre la vastedad de los conocimientos humanos que aún no hemos explorado por completo. El legado de los tiwanacotas nos muestra que la historia de nuestra inteligencia y creatividad tiene muchas facetas sorprendentes que están esperando ser descubiertas.
A medida que avanzamos en la comprensión de estas estructuras megalíticas y la genialidad humana que las creó, se abre una ventana a la maravilla y el misterio que impulsa a la investigación científica. Este hallazgo nos recuerda que nuestro pasado alberga secretos fascinantes y nos anima a seguir explorando, desafiando nuestras creencias preconcebidas y expandiendo los límites del conocimiento humano.